lunes, 30 de marzo de 2015

¡Viva el vino!

¡España va bien! ¡La crisis económica es ya historia pasada! ¡La marca España es referente a nivel mundial a la hora de valorar las medidas contra la crisis! ¡Bla, bla, bla, ..!

¡VIVA EL VINO!

Tras la debacle electoral sufrida por el PP en Andalucía, la más que previsible caída de apoyo ciudadano en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo y septiembre próximos y, la despedida, espero que para mucho tiempo, del Gobierno de España en noviembre o diciembre; los inquilinos de La Moncloa llevan tiempo urdiendo la construcción, reforzamiento y orden de “prietas las filas” en el PP para uniformar un mensaje salvador: “la economía española acelera”, va a un ritmo superior que el resto de economías de la UE y prevéun crecimiento del 2,8% para 2015, tal como ha pronosticado el Banco de España.

Amén de ser previsibles los datos macroeconómicos, procuraremos entender que tienen que ver en ellos, las medidas y reformas aplicadas por el Gobierno de Rajoy  para hablar de recuperación económica tan alegremente.

Datos.

PAIS
PREVISION PIB 2015
TASA PARO
SMI
S. MEDIO
España
2,08%
23,4%
757€ mes
26.162€ año
Italia
1,3%
12,5%
Carece
30.463€ año
Grecia
2,5%
26,00%
684€ mes
20.168€ año
Alemania
1,5%
4,7%
1473€ mes
45.952€ año
Francia
1,00%
10,02%

37.427€ año
Irlanda
3,5%
10,00%
1.462€ mes
34.466€ año
Islandia
3,3%
3,00%
2.000€ mes no fijado
44.210€ año
Portugal
1,5%
13,3%
589€ mes
17.436€ año

Los datos ponen de manifiesto como la economía crece en toda Europa en diferentes valores, con independencia de las medidas contra la crisis que se hayan adoptado. Según el BCE el crecimiento PIB oscilará entre el 1,3% de la zona euro y el 1,7% del conjunto de la UE.

La primera consideración que podemos sacar de estos datos es que, las medidas y reformas particulares adoptadas por los diferentes países no tienen un efecto común sobre el ritmo de crecimiento económico, por tanto, y tal como diagnostican los Bancos Centrales, son: La caída del 50% en el precio del petróleo, que se traduce en un pequeño impulso de la renta de los hogares y un ahorro de 20.000 millones de euros a la economía española. La depreciación del euro, que ha perdido un 20% de su valor en los últimos meses, lo que fortalece las exportaciones y junto con la caída del precio del crudo, rebajan los costes de producción de las empresas. Y el cambio en la política económica del BCE aportando liquidez con la compra de deuda pública y privada, ejerce una proyección de crecimiento del PIB al reducirse sustancialmente la Prima de Riesgo.

La segunda de las consideraciones que nos brindan los datos, es que en los países donde con mayor virulencia se ha desarrollado la austeridad, padecen más profundamente las consecuencias de la crisis en términos sociales, Grecia, Portugal y España son los que mayor tasa de paro poseen, menor salario, más nivel de endeudamiento y menor profundidad de las inversiones públicas y privadas, lo que nos hace pensar que: cuanto más austeridad, mayor inseguridad e incertidumbre para la inversión privada, amen de poner en serio riesgo el repunte económico basado en el consumo interno, que en España equivale al 56% de la demanda nacional, y que la reforma fiscal del Gobierno no compensa en relación a la perdida de capacidad de renta a la que se ha empujado a las familias españolas.

Sin embargo, los mismos Reguladores que muestran un escenario de optimismo macroeconómico no dejan de recordar que los efectos de la crisis sobre las economías de las familias, las administraciones y empresas no se han disipado como consecuencia de la alta tasa de paro, los reducidos salarios y el bajo nivel de las inversiones.

Podemos concluir, que las reformas y el alto nivel de sacrificio al que se han sometido a la ciudadanía en España, sustentadas en generalizar una competitividad empresarial en la transferencia de garantía jurídicas, económicas, y de derechos desde las rentas del trabajo hasta las rentas del capital, tienen un escaso efecto sobre la economía como consecuencia del desfasado modelo productivo y la enorme influencia que el consumo interno tiene sobre la economía, aspectos estos no considerados en las múltiples reformas aplicadas. Solo, la caída del precio del petróleo, la devaluación de euro y el cambio de la política monetaria del BCE son elementos decisorios en el acelerado crecimiento de la economía española.